abr 292011
 
PRÓLOGO PROOEMIUM
“PADRE, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17,3). “Dios, nuestro Salvador… quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1Tm 2,3-4). “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4,12), sino el nombre de Jesús. « Pater, […] haec est autem vita aeterna, ut cognoscant Te solum verum Deum et, quem misisti, Iesum Christum » (Io 17,3). Salvator noster Deus « omnes homines vult salvos fieri et ad agnitionem veritatis venire » (1 Tim 2,3-4). « Nec enim nomen aliud est sub caelo datum in hominibus, in quo oportet nos salvos fieri » (Act 4,12), nisi Nomen Iesu.
I. La vida del hombre: conocer y amar a Dios I. Vita hominis – Deum cognoscere Illumque amare
1 Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada. 1 Deus, in Se Ipso infinite perfectus atque beatus, secundum purae bonitatis propositum, hominem libere creavit, ut illum vitae Suae beatae efficeret participem. Quare Ipse omni tempore et in omni loco homini fit propinquus. Hominem Deus vocat et adiuvat ut Eum quaerat, cognoscat atque totis viribus diligat. Omnes homines, peccato dispersos, in unitatem convocat familiae Suae, quae est Ecclesia. Ad id efficiendum, Suum misit Filium tamquam Redemptorem et Salvatorem, cum tempora sunt impleta. In Ipso et per Ipsum homines Deus vocat ut in Spiritu Sancto filii Eius fiant adoptivi atque ideo heredes Eius vitae beatae.
2 Para que esta llamada resonara en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,19-20). Fortalecidos con esta misión, los apóstoles “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban” (Mc 16,20). 2 Ut haec vocatio in toto resonaret orbe, Christus Apostolos misit, quos elegerat, illis Evangelii nuntiandi praebens mandatum: « Euntes ergo docete omnes gentes, baptizantes eos in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, docentes eos servare omnia, quaecumque mandavi vobis. Et ecce ego vobiscum sum omnibus diebus usque ad consummationem saeculi » (Mt 28,19-20). Apostoli, huius missionis virtute, « profecti praedicaverunt ubique, Domino cooperante et sermonem confirmante, sequentibus signis » (Mc 16,20).
3 Quienes con la ayuda de Dios, han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva. Este tesoro recibido de los Apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración (cf. Hch 2,42). 3 Illi qui, Deo iuvante, hanc vocationem Christi acceperunt eique libere responderunt, impulsi sunt et ipsi Christi amore ad Bonum Nuntium ubique terrarum proclamandum. Hunc thesaurum, quem ab Apostolis acceperant, eorum successores fideliter servaverunt. Christifideles vocantur omnes ut illum de generatione in generationem transmittant, fidem annuntiantes, ex ea in communione fraterna viventes eamque in liturgia et precibus celebrantes.14
II. Transmitir la fe: la catequesis II. De fide transmittenda – De catechesi
4 Muy pronto se llamó catequesis al conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios a fin de que,creyendo ésto, tengan la vida en su nombre, y para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo (cf. Juan Pablo II, Catechesi tradendae [CT] 1). 4 Cito catechesis est appellata nisuum summa in Ecclesia susceptorum ut discipuli arcesserentur, ut homines iuvarentur ad credendum Iesum esse Filium Dei idque credentes vitam haberent in nomine Eius, ut iidem educarentur et in hac vita instituerentur et sic corpus Christi aedificaretur.15
5 “La catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana” (CT 18). 5 « In universum affirmari potest catechesim esse educationem in fide impertiendam pueris, iuvenibus, adultis, potissimum per institutionem doctrinae christianae, quae plerumque cohaerenti fit via atque ratione, eo nempe consilio ut credentes christianae vitae plenitudini initientur ».16
6 Sin confundirse con ellos, la catequesis se articula dentro de un cierto número de elementos de la misión pastoral de la Iglesia, que tienen un aspecto catequético, que preparan para la catequesis o que derivan de ella, como son: primer anuncio del Evangelio o predicación misionera para suscitar la fe; búsqueda de razones para creer; experiencia de vida cristiana: celebración de los sacramentos; integración en la comunidad eclesial; testimonio apostólico y misionero (cf. CT 18). 6 Quin cum ipsis confundatur, catechesis cum pluribus aliis elementis missionis pastoralis Ecclesiae conectitur, quae rationem quamdam catecheticam prae se ferunt, catechesim ipsam praeparant aut ex illa manant. Ut sunt: prima Evangelii annuntiatio seu missionalis praedicatio ad fidem excitandam; argumentorum ad credendum inquisitio; vitae christianae experientia; sacramentorum celebratio; in ecclesialem communitatem insertio; apostolicum et missionale testimonium.17
7 “La catequesis está unida íntimamente a toda la vida de la Iglesia. No sólo la extensión geográfica y el aumento numérico de la Iglesia, sino también y, más aún, su crecimiento interior, su correspondencia con el designio de Dios dependen esencialmente de ella” (CT 13). 7 « Patet autem catechesim cum omni vita Ecclesiae arcte coniungi atque conecti. Ex ipsa enim potissimum pendet non solum disseminatio Ecclesiae per loca eiusque auctus per numeros, verum multo magis interius Ecclesiae incrementum eiusque convenientia cum Dei consilio ».18
8 Los períodos de renovación de la Iglesia son también tiempos en los que a la catequesis le corresponde un mayor empeño. Así, en la gran época de los Padres de la Iglesia, vemos a santos obispos consagrar una parte importante de su ministerio a la catequesis. Es la época de san Cirilo de Jerusalén y de san Juan Crisóstomo, de san Ambrosio y de san Agustín, y de muchos otros Padres cuyas obras catequéticas siguen siendo modelos. 8 Tempora in quibus Ecclesia renovatur, sunt etiam tempora, quibus catechesis insigni traditur ratione. Sic, in magna Patrum Ecclesiae percipitur aetate, sanctos nempe Episcopos in suo ministerio catechesi magni momenti tribuisse partes. Tales enim sanctus Cyrillus Hierosolymitanus, sanctus Ioannes Chrysostomus, sanctus Ambrosius, sanctus Augustinus atque plures alii habentur Patres, quorum opera catechetica exemplo esse pergunt.
9 El ministerio de la catequesis saca energías siempre nuevas de los concilios. El Concilio de Trento constituye a este respecto un ejemplo digno de ser destacado: dio a la catequesis una prioridad en sus constituciones y sus decretos; de él nació el Catecismo Romano que lleva también su nombre y que constituye una obra de primer orden como resumen de la doctrina cristiana; este Concilio suscitó en la Iglesia una organización notable de la catequesis; promovió, gracias a santos obispos y teólogos como san Pedro Canisio, san Carlos Borromeo, san Toribio de Mogrovejo, san Roberto Belarmino, la publicación de numerosos catecismos. 9 Ministerium catecheticum vires semper in Conciliis haurit renovatas. Ad hoc quod attinet, Concilium Tridentinum exemplum habetur efferendum: etenim catechesi in suis decretis priores tribuit partes; in illo Catechismus Romanus suam invenit originem, qui etiam eius nomine insignitur et opus est praestantissimum tamquam doctrinae christianae compendium; illud in Ecclesia dispositionem pro catechesi tradenda suscitavit notatu dignam; atque etiam impulit ut plures catechismi, opera sanctorum Episcoporum ac theologorum, veluti sancti Petri Canisii, sancti Caroli Borromeo, sancti Turibii de Mogrovejo vel sancti Roberti Bellarmino, ederentur.
10 No es extraño, por ello, que, en el dinamismo del Concilio Vaticano II (que el Papa Pablo VI consideraba como el gran catecismo de los tiempos modernos), la catequesis de la Iglesia haya atraído de nuevo la atención. El Directorio general de la catequesis de 1971, las sesiones del Sínodo de los Obispos consagradas a la evangelización (1974) y a la catequesis (1977), las exhortaciones apostólicas correspondientes, Evangelii nuntiandi (1975) y Catechesi tradendae (1979), dan testimonio de ello. La sesión extraordinaria del Sínodo de los Obispos de 1985 pidió “que sea redactado un catecismo o compendio de toda la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral” (Relación final II, B, a, 4). El Santo Padre, Juan Pablo II, hizo suyo este deseo emitido por el Sínodo de los Obispos reconociendo que “responde totalmente a una verdadera necesidad de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares” (Discurso de clausura del Sínodo, asamblea extraordinaria, 7 de diciembre de 1985). El Papa dispuso todo lo necesario para que se realizara la petición de los padres sinodales. 10 Inde mirum non est, in motu a Concilio Vaticano II inducto (quod quidem Concilium Paulus Papa VI tamquam magnum temporis hodierni habuit catechismum), Ecclesiae catechesim iterum mentes ad se convertisse. Directorium generale catecheticum anno 1971 editum, coetus Synodi Episcoporum evangelizationi (1974) et catechesi (1977) dicati, adhortationes apostolicae Evangelii nuntiandi (1975) et Catechesi tradendae (1979), quae illis coetibus respondent, idipsum testantur. Coetus extraordinarius Synodi Episcoporum, anno 1985 celebratus, rogavit: « Valde communiter desideratur Catechismus seu compendium totius doctrinae catholicae, tam de fide quam de moribus conscribendum ».19 Summus Pontifex Ioannes Paulus II huic Synodi Episcoporum voto sese sociavit, id nempe agnoscens: « Desiderium omnino respondet verae necessitati Ecclesiae universalis et Ecclesiarum particularium ».20 Sedulo est adnisus ut hoc Patrum Synodi desiderium in rem duceretur.
III. Fin y destinatarios de este Catecismo III. De huius Catechismi fine atque de illis ad quos ipse dirigatur
11 Este catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la sagrada Escritura, los santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia. Está destinado a servir “como un punto de referencia para los catecismos o compendios que sean compuestos en los diversos países” (Sínodo de los Obispos 1985, Relación final II, B, a, 4). 11 Scopus huius Catechismi est organicam atque syntheticam offerre expositionem essentialium et fundamentalium doctrinae catholicae de fide et moribus argumentorum sub luce Concilii Vaticani II necnon totius Ecclesiae Traditionis. Sacra Scriptura, sancti Patres, liturgia et Ecclesiae Magisterium praecipui eius sunt fontes. Ad id vero destinatur ut « quasi punctum referentiae sit pro catechismis seu compendiis quae in diversis regionibus componentur ».21
12 El presente catecismo está destinado principalmente a los responsables de la catequesis: en primer lugar a los Obispos, en cuanto doctores de la fe y pastores de la Iglesia. Les es ofrecido como instrumento para la realización de su tarea de enseñar al Pueblo de Dios. A través de los Obispos, se dirige a los redactores de catecismos, a los sacerdotes y a los catequistas. Será también de útil lectura para todos los demás fieles cristianos. 12 Hic Catechismus ad eos praecipue dirigitur qui catechesis officii sponsores habentur: imprimis ad Episcopos quatenus fidei doctores et Ecclesiae sunt Pastores. Illis offertur tamquam instrumentum pro eorum officio adimplendo Dei populum edocendi. Per Episcopos ad illos ulterius dirigitur qui catechismos redigunt, ad presbyteros et ad catechistas. Eius autem lectio omnibus aliis christifidelibus utilis etiam erit.
IV. La estructura del “Catecismo de la Iglesia Católica” IV. De huius structura Catechismi
13 El plan de este catecismo se inspira en la gran tradición de los catecismos, los cuales articulan la catequesis en torno a cuatro “pilares”: la profesión de la fe bautismal (el Símbolo), los sacramentos de la fe, la vida de fe (los Mandamientos), la oración del creyente (el Padre Nuestro). 13 Huius Catechismi dispositio magnam catechismorum sequitur traditionem, secundum quam catechesis circa quattuor struitur « fundamentales columnas »: baptismalis scilicet Professionem fidei (Symbolum), fidei sacramenta, vitam secundum fidem (Mandata), credentis orationem (« Pater noster »).
Primera parte: la profesión de la fe Pars prima: Professio fidei
14 Los que por la fe y el Bautismo pertenecen a Cristo deben confesar su fe bautismal delante de los hombres (cf. Mt 10,32; Rom 10,9). Para esto, el catecismo expone en primer lugar en qué consiste la Revelación por la que Dios se dirige y se da al hombre, y la fe, por la cual el hombre responde a Dios (primera sección). El Símbolo de la fe resume los dones que Dios hace al hombre como Autor de todo bien, como Redentor, como Santificador y los articula en torno a los “tres capítulos” de nuestro Bautismo —la fe en un solo Dios: el Padre Todopoderoso, el Creador; y Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor y Salvador; y el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia (segunda sección). 14 Illi qui per fidem et Baptismum sunt Christi, fidem coram hominibus confiteri debent baptismalem.22 Propterea Catechismus imprimis exponit in quo consistant Revelatio, per quam Deus ad hominem Se vertit eique Se donat, et fides, qua homo Deo respondet (sectio prima). Fidei Symbolum dona colligit compendio, quae Deus, ut omnis boni Auctor, ut Redemptor, ut Sanctificator, homini largitur eaque circa nostri Baptismi « tria capita » disponit – est enim fides in unum Deum: Patrem omnipotentem, Creatorem; et Iesum Christum, Eius Filium, Dominum et Salvatorem nostrum; et Spiritum Sanctum, in sancta Ecclesia (sectio secunda).
Segunda parte: Los sacramentos de la fe Pars secunda: Fidei sacramenta
15 La segunda parte del catecismo expone cómo la salvación de Dios, realizada una vez por todas por Cristo Jesús y por el Espíritu Santo, se hace presente en las acciones sagradas de la liturgia de la Iglesia (primera sección), particularmente en los siete sacramentos (segunda sección). 15 Secunda Catechismi pars exponit quomodo Dei salus, semel pro semper a Christo Iesu atque a Spiritu Sancto peracta, in actionibus sacris liturgiae Ecclesiae reddatur praesens (sectio prima), praesertim vero in septem sacramentis (sectio secunda).
Tercera parte: La vida de fe Pars tertia: Vita ex fide
16 La tercera parte del catecismo presenta el fin último del hombre, creado a imagen de Dios: la bienaventuranza, y los caminos para llegar a ella: mediante un obrar recto y libre, con la ayuda de la ley y de la gracia de Dios (primera sección); mediante un obrar que realiza el doble mandamiento de la caridad, desarrollado en los diez mandamientos de Dios (segunda sección). 16 Catechismi tertia pars hominis ad Dei imaginem creati ultimum ostendit finem: beatitudinem viasque ad illam perveniendi: per rectum nempe et liberum agendi modum adiumento Legis et gratiae Dei (sectio prima); per modum agendi qui duplex in rem deducit caritatis mandatum quod in decem Dei mandatis explicatur (sectio secunda).
Cuarta parte: La oración en la vida de la fe Pars quarta: Oratio in vita ex fide
17 La última parte del catecismo trata del sentido y la importancia de la oración en la vida de los creyentes (primera sección). Se cierra con un breve comentario de las siete peticiones de la oración del Señor (segunda sección). En ellas, en efecto, encontramos la suma de los bienes que debemos esperar y que nuestro Padre celestial quiere concedernos. 17 Pars Catechismi postrema de sensu et momento agit orationis in credentium vita (sectio prima). Ipsa per brevem septem postulationum dominicae Orationis clauditur commentarium (sectio secunda). In illis enim summam invenimus bonorum, quae et nos sperare debemus et Pater noster caelestis nobis impertire vult.
V. Indicaciones prácticas para el uso de este Catecismo V. Pro huius Catechismi usu practicae animadversiones
18 Este catecismo está concebido como una exposición orgánica de toda la fe católica. Es preciso, por tanto, leerlo como una unidad. Por ello, en los márgenes del texto se remite al lector frecuentemente a otros lugares (señalados por números más pequeños y que se refieren a su vez a otros párrafos que tratan del mismo tema) y, con ayuda del índice analítico al final del volumen, se permite ver cada tema en su vinculación con el conjunto de la fe. 18 Hic Catechismus ut totius fidei catholicae concipitur organica expositio. Propterea tamquam unum quid legendus est. Eo quod lector in margine textus saepe ad alios remittitur locos (per numeros typis minoribus compositos qui se ad alias referunt paragraphos de eadem re agentes), et ope indicis analytici in extremo volumine positi, fit ut unumquodque argumentum in sua cum fidei summa conspici possit coniunctione.
19 Con frecuencia, los textos de la sagrada Escritura no son citados literalmente, sino indicando sólo la referencia (mediante cf.). Para una inteligencia más profunda de esos pasajes, es preciso recurrir a los textos mismos. Estas referencias bíblicas son un instrumento de trabajo para la catequesis. 19 Saepe sacrae Scripturae textus litteraliter non afferuntur, sed mera ad illos (per « cf ») in nota fit allegatio. Pro talium locorum profundiore intellegentia ad textus ipsos accedere oportet. Hae biblicae allegationes pro catechesi sunt laboris instrumentum.
20 Cuando, en ciertos pasajes, se emplea letra pequeña, con ello se indica que se trata de puntualizaciones de tipo histórico, apologético o de exposiciones doctrinales complementarias. 20 Litterarum minorum usus quibusdam in locis indicat de historicae vel apologeticae indolis agi notationibus, vel de expositionibus doctrinalibus complementariis.
21 Las citas, en letra pequeña, de fuentes patrísticas, litúrgicas, magisteriales o hagiográficas tienen como fin enriquecer la exposición doctrinal. Con frecuencia estos textos han sido escogidos con miras a un uso directamente catequético. 21 Allegationes litteris minoribus expressae fontium patristicorum, liturgicorum, magisterialium et hagiographicorum ad expositionem doctrinalem ditandam ordinantur. Hi textus pro usu directe catechetico saepe sunt selecti.
22 Al final de cada unidad temática, una serie de textos breves resumen en fórmulas condensadas lo esencial de la enseñanza. Estos “resúmenes” tienen como finalidad ofrecer sugerencias para fórmulas sintéticas y memorizables en la catequesis de cada lugar. 22 In fine cuiusque argumenti unitatem quamdam constituentis, textuum brevium series, per formulas concisas, doctrinae essentialia comprehendunt. Haec « compendia » intendunt locali catechesi praebere suggestiones pro formulis syntheticis et aptis quae memoriae mandentur.
VI. Las necesarias adaptaciones VI. Necessariae accommodationes
23 El acento de este catecismo se pone en la exposición doctrinal. Quiere, en efecto, ayudar a profundizar el conocimiento de la fe. Por lo mismo está orientado a la maduración de esta fe, su enraizamiento en la vida y su irradiación en el testimonio (cf. CT 20-22; 25). 23 Hic Catechismus in expositione insistit doctrinali. Ipse enim auxilium afferre intendit ut fides profundius cognoscatur. Eo ipso ad id dirigitur ut haec ad maturitatem perducatur fides, ut in vita altiores agat radices atque ut in testimonio exhibito eluceat.23
24 Por su misma finalidad, este catecismo no se propone da una respuesta adaptada, tanto en el contenido cuanto en el método a las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de edades, de la vida espiritual, de situaciones sociales y eclesiales de aquellos a quienes se dirige la catequesis. Estas indispensables adaptaciones corresponden a catecismos propios de cada lugar, y más aún a aquellos que toman a su cargo instruir a los fieles: 24 Propter ipsum scopum ab eo intentum, hic Catechismus non quaerit expositionis et methodorum catecheticarum peragere accommodationes, quae a diversitate culturarum, aetatum, spiritualis maturitatis, socialium et ecclesialium habitudinum eorum postulantur, ad quos dirigitur catechesis. Hae prorsus necessariae accommodationes ad peculiares pertinent catechismos, et adhuc amplius ad eos qui christifideles instituunt.
“El que enseña debe hacerse todo a todos, para ganarlos a todos para Jesucristo […]¡Sobre todo que no se imagine que le ha sido confiada una sola clase de almas, y que, por consiguiente, le es lícito enseñar y formar igualmente a todos los fieles en la verdadera piedad, con un único método y siempre el mismo! Que sepa bien que unos son, en Jesucristo, como niños recién nacidos, otros como adolescentes, otros finalmente como poseedores ya de todas sus fuerzas […] es necesario tener en cuenta cuidadosamente quiénes pueden necesitar leche y quiénes otro alimento más sólido […]. El Apóstol […] señaló que había que considerar que los que son llamados al ministerio de la predicación deben, al transmitir la enseñanza del misterio de la fe y de las reglas de las costumbres, acomodar sus palabras al espíritu y a la inteligencia de sus oyentes” (Catecismo Romano, Prefacio, 11). « Qui docendi munus exercet, omnia omnibus efficiatur, ut et omnes Christo lucrifaciat […]. Neque vero unius tantum generis homines fidei suae commissos esse arbitretur, ut praescripta quadam et certa docendi formula erudire, atque ad veram pietatem instituere aeque omnes fideles possit: sed cum alii veluti modo geniti infantes sint, alii in Christo adolescere incipiant, nonnulli vero quodammodo confirmata sint aetate, necesse est diligenter considerare, quibus lacte, quibus solidiore cibo opus sit […]. Id vero Apostolus […] observandum indicavit […] ut videlicet intelligerent qui ad hoc ministerium vocati sunt, ita in tradendis fidei mysteriis, ac vitae praeceptis doctrinam ad audientium sensum atque intelligentiam accommodari oportere ».24
Por encima de todo, la Caridad. Super omnia – caritas
25 Para concluir esta presentación es oportuno recordar el principio pastoral que enuncia el Catecismo Romano: 25 Ad hanc praesentationem concludendam in memoriam expedit revocare hoc pastorale principium quod Catechismus Romanus profert:
“El camino mejor es que el Apóstol […] mostró: Toda la finalidad de la doctrina y de la enseñanza debe ser puesta en el amor que no acaba. Porque se puede muy bien exponer lo que es preciso creer, esperar o hacer; pero sobre todo debe resaltarse que el amor de Nuestro Señor siempre prevalece, a fin de que cada uno comprenda que todo acto de virtud perfectamente cristiano no tiene otro origen que el amor, ni otro término que el amor (Catecismo Romano, Prefacio, 10). « Haec nimirum est via illa excellentior, quam […] Apostolus demonstravit, cum omnem doctrinae et institutionis suae rationem ad charitatem, quae numquam excidit, dirigeret. Sive enim credendum, sive sperandum, sive agendum aliquid proponatur, ita in eo semper charitas Domini nostri commendari debet, ut quivis perspiciat omnia perfectae christianae virtutis opera non aliunde quam a dilectione ortum habere, neque ad alium finem, quam ad dilectionem referenda esse ».25
(14) Cf Act 2,42.

(15) Cf Ioannes Paulus II, Adh. ap. Catechesi tradendae, 1: AAS 71 (1979) 1277-1278.

(16) Ioannes Paulus II, Adh. ap. Catechesi tradendae, 18: AAS 71 (1979) 1292.

(17) Cf Ioannes Paulus II, Adh. ap. Catechesi tradendae, 18: AAS 71 (1979) 1292.

(18) Ioannes Paulus II, Adh. ap. Catechesi tradendae, 13: AAS 71 (1979) 1288.

(19) Synodus Episcoporum, Coetus extraordinarius, Ecclesia sub Verbo Dei mysteria Christi celebrans pro salute mundi. Relatio finalis II, B, a, 4 (E Civitate Vaticana 1985) p. 11.

(20) Ioannes Paulus II, Allocutio Synodo extraordinaria exeunte ad Patres congregatos habita (7 decembris 1985), 6: AAS 78 (1986) 435.

(21) Synodus Episcoporum, Coetus extraordinarius, Ecclesia sub Verbo Dei mysteria Christi celebrans pro salute mundi. Relatio finalis II, B, a, 4 (E Civitate Vaticana 1985) p. 11.

(22) Cf Mt 10,32; Rom 10,9.

(23) Cf Ioannes Paulus II, Adh. ap. Catechesi tradendae, 20-22: AAS 71 (1979) 1293-1296; Ibid., 25: AAS 71 (1979) 1297-1298.

(24) Catechismus Romanus seu Catechismus ex decreto Concilii Tridentini ad parochos, Pii V Pontificis Maximi iussu editus, Praefatio, 11: ed. P. Rodríguez (Città del Vaticano-Pamplona 1989) p. 11.

(25) Catechismus Romanus, Praefatio 10: ed. P. Rodríguez (Città del Vaticano-Pamplona 1989) p. 10.

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